A _ _ _ _ _ _ _ _ ve, Ma _ ri _ a, Ma _ ri _
a,
gra _ _ ti a ple _ na;
Do mi nus te _ _ cum,
be ne di cta tu in mu -li e ri bus,
et _ be ne di _ ctus fruc-tus
ven tris tu _ i Je _ _ _ _ _ _ sus,
Je _ _ _ _ _ _ sus.
San cta Ma ri _ a, Ma _ ter De _ i,
o _ _ ra pro no _ _ bis
pec-ca _ to _ _ ri bus,
nunc et in ho ra mor _ tis no _ strae.
A _ _ _ _ _ _ men, _ A _ men,
A _ men, A _ men.
Score:
play/stop MIDI:
My thanks and appreciation to Xulio Mosquera - Arquivo Coral for sending me this score
Fernando Moruja: Ave Maria - Pater Noster
Estudio Coral de Buenos Aires
Director Carlos López Puccio
Convento de Santo Domingo, Buenos Aires
27 de Septiembre de 2007
Creo que después de dos años de conocerlo a Fefe me enteré que su nombre era
Fernando Moruja y hoy me resulta tan extraño leerlo de esa manera por la
desgracia de casi tres años atrás. Una desgracia fatal de la que me enteré
por un comentario que hice en el trabajo al director de coros de la
Municipalidad de Berazategui…”vos conocías a Fernando Moruja” me dijo…el
“Fernando Moruja” ya me sonó extraño pero el “conocías” fue terriblemente
premonitorio de lo que me imaginé. No solo por el “conocías” sino por la
cara del director al ver la mía. Sin creerlo recurrí a Internet (era casi
septiembre de 2006) y la web me dio el mazazo final. Hacía bastante tiempo
que no nos veíamos con Fefe, tanto yo como otros amigos del sur bonaerense,
a veces la lejanía geográfica es una excusa y las ocupaciones otra, pero no
nos damos cuenta cuanto la lamentamos después…cuando la vida pasa
inexorablemente.
El recuerdo de los eneros en Villa Gesell durante casi una década, la carpa,
la playa, el invencible equipo de voley en la playa que alternaba con Hugo,
Tavo, Gayama, el Tola, Leandro (invitando a alguna tanguita de la playa que
no sabía jugar pero él “la cubría”), Javi, Goma, Mico Fabián, Fefe y este
servidor, entre otros amigos. La noche amaneciendo con nuestro fulbito en la
Playa, un duchazo en el camping, un arroz pasado en la carpa y a “perrear” a
la Calle 3 de la Villa: esa Villa Gesell tan especial para quienes pasamos
una parte estival de nuestras adolescencias. Algunos con novia y otros con
ganas. La Gringa, Patricia y La Tana también fueron una parte viva de esos
veranos…alguna que otra puteadita por el exceso de futbol y voley, pero con
todo el amor compartido.
A la noche, ya tarde, después que el levante de minas con el Gato (Leandro)
a la cabeza se transformara en un delirio y con muy pocas minas levantadas…
venía el fogón en el terreno de la casa de Roly o en la playa y ahí… sentado
a la cabeza con su bonhomía melancólica llena de humor, estaba el maestro…Sí!!!!!
…nosotros mismos le decíamos maestro, y el maestro se despachaba con su
inolvidable repertorio: “El quiosco”, “La del hombre” (de su autoría) “Tilín
de los Bs. As” (música de él); “El otro cambio” y “Días de Juventud” de
Litto Nebbia, “Catalina Bahía”, “Ché ciruja”, “Yo vivo en una ciudad” y
otras tantas de Pedro y Pablo. La cara roja por el fuego y la pasión del
Gato cantando “María” y “Casamiento de negros”, Tavo con su viola zurda
asomándose con respeto para puntearle arriba a Fefe, el Tola aconsejando a
“Caperucita Roja el lobo te va a fifar”, Marito que aportaba el rock and
roll nacional y vigoroso para contarnos que tenía “40 millones, 20 mujeres
leones que están en mi cama por toda la vida…”; y, ya amanecidos con los
vinitos y las papas a las brasas adentro, y los mates ya fríos, el rito
final: todos los varones parados en ronda alrededor del fuego y ¡¡Pssshh!
“es peligroso dejarlo prendido”. Ya de vuelta a casa, carpa, dto, volvíamos
felices cantando Los predatores y pispeando si alguna canasta de pan
caliente asomaba de alguna panadería recién abierta.
Y así pasábamos nuestros mejores días en Gesell, en el invierno alguna que
otra guitarreada y al otro enero de vuelta todo, el abrazo, el “che, no
puede ser que no nos veamos durante el año”… y sí… podía ser, porque cada
enero repetíamos lo mismo. Por el rumbo de cada uno, parejas rotas, novias
nuevas, otros horizontes playeros, los eneros para algunos dejaron de serlo
en Villa Gesell y entonces los encuentros que antes eran esporádicos en
invierno, ahora resultaban prácticamente nulos, nos veíamos con uno o con
otro, pero no como antes; y ahí, en esos tiempos el Maestro Fefe, despuntaba
su talento dirigiendo el Coro Nacional de Niños…y claro… si él de purrete
recorría el Canal 7 de televisón para integrar su coro, junto a sus hermanos,
Beatriz y Mariano, y su madre cuando aún no tenía diez años.
Una vez en la Iglesia de Bernal nos enteramos que iba a estar con el Coro de
Niños y lo fuimos a escuchar; a la salida lo patoteamos a abrazos y con la
promesa –incumplida- de vernos pronto…La cancha de Racing fue testigo de
otro encuentro, esta vez entre él y yo como dos hinchas, solo que él
cantando con el coro que dirigía su hermano Mariano en el centro de la
cancha y yo en la tribuna con 45 mil vagos más aplaudiéndolo y rogándole a
gritos a Dios y a todos los santos para que el “sentimiento inexplicable” lo
siguiera siendo.
“Maestro Fefe: más abajo dejaré publicado un raconto de tu carrera, del
Maestro Fernando Moruja, por lo meritorio de tu estudio, de tu dedicación y
de tu talento. En los párrafos precedentes quise recordarte, hoy que
cumplirías 47 años, con el corazón abierto, por tu bondad, por tu humor, por
tus canciones, por tu generosidad y por tu amistad. Maldito el último día de
2004 que nos robó tu sonrisa y tu persona, pero no tu música y tu recuerdo;
y bendito el día de hoy, hace 47 años, que te vió nacer y me dio la
posibilidad de conocerte”.
Rai, uno de los predatores.
Maestro Fernando Moruja
Sus estudios en el Conservatorio Municipal de Música “Manuel de Falla", del
que egresó como profesor de Cultura Musical con especialización en Guitarra,
le dieron el impulso para estudiar armonía y composición con Manolo Juárez y
canto con Ana Sirulnik; realizar cursos con Carlos López Puccio de Les
Luthiers, Eduardo Sohns, Josep Cabré y Werner Pfaff. También Fefe compuso
numerosas obras corales que forman parte del repertorio de muchos coros
argentinos y latinoamericanos. Fue presidente de la Asociación de Directores
de Coro (ADICORA), filial ciudad de Buenos Aires. Dirigió el Coral de la
Rábida y el Vocal Meridión, cantó en el Grupo Vocal de Difusión y fue un
querido integrante del Estudio Coral de Buenos Aires.
Entre 1986 y 1990 fue Secretario Técnico de los coros Polifónico Nacional,
Nacional de Jóvenes y Nacional de Niños. Fue socio fundador de la Asociación
de Directores de Coro de la República Argentina (ADICORA) y Presidente de la
Filial Ciudad de Buenos Aires de esta entidad. Como compositor creó un
conjunto de las más bellas obras corales a capella, que han sido cantadas y
grabadas por numerosos coros del país y del exterior: Estudio Coral de
Buenos Aires y Grupo Vocal de Difusión (Argentina), Ensemble St. Quentin (Francia),
Zaangroep (Bélgica), Voce in Tempore (México) y Exaudi (Cuba). Escribió
obras originales para coro a capella, como las Piezas Sacras, la Misa Breve
y la Misa Secunda.
Bajo su dirección, el Vocal Meridión participó del estreno de “En la isla”,
episodio lírico de Claudio Alsuyet montado en el Centro de Experimentación
del Teatro Colón, con dirección del Maestro Bruno D’Astoli, junto a alumnos
de Instituto Superior de Arte y la Orquesta Académica. En la temporada 2003
actuó en el estreno de la ópera Maldoror de Leo Masliah en el ciclo de Ópera
de Cámara del Teatro Colón, con dirección del Maestro Santiago Chotsourian.
También se presentó en el mismo escenario asumiendo la parte coral de
Flumina, una creación de Oscar Araiz para el Ballet del Teatro Colón sobre
el Requiem de Fauré que se interpretó junto a la orquesta Filarmónica de
Buenos Aires con la dirección de los maestros Pedro Ignacio Calderón y
Carlos Calleja. En la temporada 2004 participó en la ópera Dido y Eneas de
Purcell, en el Teatro Colón, bajo la dirección del Maestro Daniel Hathaway y
también con el Instituto Superior de Arte y la dirección del Maestro Carlos
Calleja intervino en la presentación de Le convenienze et inconvenienze
teatrali de G. Donizetti en el Centro de Experimentación.
Publicado por Rai el 2.12.07
Etiquetas: Fefe, Fernando Moruja
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